Estaban todos los importantes menos el que interviene en el
80 por ciento de los espectáculos. Curioso. Y salvo los Lozano, que están de moda y más que se
van a poner, advierto. Allí, cabizbajos, con carita de pocas perras, porque por
las mañanas está feo tirar de Dom Pérignon. Que no hay futuro, la cantinela que
siempre se traen. Don Óscar Chopera, don con n y no con m como el dom de Dom
Pérignon, suelta la primera perla del desayuno sin diamantes: "El sistema
actual es insostenible puesto que en un estudio de costes que hemos realizado
hemos concluido que para que el resultado de un espectáculo sea cero
necesitamos vender un mínimo de 4.000 entradas y de 8.000 si se habla de un
cartel más elevado". Así, a media mañana. Un estudio que hemos hecho,
majos. Ni trae el estudio, ni lo documenta, ni saca cuentas, ni na de na.
Mire, don Óscar con n, que 4.000 entradas a una media de
solo 30 euritos (precio mucho más barato del que usted las vende en Bilbao, Salamanca y/o Logroño) son
120.000 y que a los tres toreros juntos los despacha con menos de 60.000. Así que, don
Óscar con n, cuente otra película, encargue otro estudio que le concluya las
cosas acordes o, mejor, saque las cuentas reales con la transparencia que la
gravísima situación del rito taurino merece ¿De verdad quiere hacer cuentas y sacarlas a la luz?
También estaba Ramón Valencia, controlando la altura de su
mentón, sin gamarra, con su cuñado quién sabe si en galeras o en el Senegal, y
también habló don Ramón. Y dijo Ramón: “Llevamos cuatro años tratando de
reunirnos con los toreros pero no ha sido imposible”. Y uno ya no comprende nada
porque resulta que sus socios de la apocalíptica Anoet son los que apoderan a muchos
toreros con los que no se puede reunir. Así que, ya ven, los toreros son el enemigo que huye pero esos mismos toreros
están apoderados por socios del enemigo de los toreros. La guerra de Gila, don
Ramón.
Apareció en escena uno nuevo, Ángel Bernal, de Murcia, que
también lleva perdiendo dinero desde hace cuatro años y que tampoco ha dicho que se
va, sino que pelea, que se queda, que quiere perder dinero un quinto año o tal vez más.
Y don Simón, no el del vino sino el productor de arte, don
Simón Casas. El distinto, el que sí camelan las figuras, el que fue torero y
parece pensar como un torero. Don Simón dice estar sin dinero, agotado, sin
patrimonio, sin un clavel, no dice que hace viajes a la India, ni protesta porque
el pliego de Valencia tenga aspecto de estar hecho por y para él y con el único fin de que él vuelva a
perder el pastón que no tiene. Simón no dice cómo se obra ese milagro de perder
lo que uno no posee. Qué penita, Simón, que amenazas con enseñar las cuentas y
esta misma mañana era una gran ocasión para ello y la has dejado pasar. Me cachis
en la mar.
Don Simón sí dijo verdades, algunas: "el 95 por ciento de los
toreros no ganan el dinero mínimo para subsistir y que todos los toreros
deberían ganar más dinero pero si los empresarios no lo tenemos porque no lo
generan no se pueden aumentar esos mínimos". Pues ya está, listo el
asunto. El torero es quien genera el dinero y no ustedes. Contrate solo al que
genera y no al deficitario. O no dé corridas, a ver qué pasa, que igual se
soluciona este gravísimo problema de que nos informan con alarma.
Dejen ustedes de lamentarse. Ha llegado el momento. Ustedes
mismos lo reconocen: no son capaces. Así que entreguen las armas, hablen con el
mexicano ese que todos dicen que va a venir a devorarnos como si fuese el lobo
feroz, ese que está entre las 30 fortunas más importantes del universo y que
les arree un dinerito por la ruina que ustedes tienen encima. Ustedes se van y
el mexicanito se queda aquí como Ecclestone en la Fórmula 1, de patrón y
mandamás, en pleno monopolio.
El mexicanito ese, el lobo feroz, usará el monopolio y no
dejará que ningún sanserolín le zascandilee los pliegos, porque luego no le
contratará a sus toreros figuras, cosa que sí hacen ustedes ahorita y solo por llevarse
una mísera comisión de lo que sí generan los mismos que ustedes dicen que no
generan. Telita de trabalenguas rentable el que se han currado. El mexicanito
feroz no dejará que ningún ministerio le ponga las reglas y él reglará su
espectáculo, como Ecclestone con la F1, la FIFA con su fútbol o los del tenis con su
ATP, porque esto de los toros debe ser el único arte y/o espectáculo intervenido por los políticos
y su corrupta administración. Que ya está bien, hombre.
Así pues, señores de Anoet, pidan ustedes el rescate,
abiertamente, a la fortuna azteca, que en ese lobo feroz se ve a un empresario con
ansias de monopolio rentable y no a una plañidera.
¡Ah! Otra cosita… No negocien rápido con toreros y
cuadrillas cuando les amenazan con la huelga, que en el fondo ellos buscan ejercer
ese derecho para suspender espectáculos y que ustedes no tengan que perder
dinero a espuertas, caballeros que son. Ellos buscando suspender para que ustedes
no pierdan y ustedes buscando dar toros y que ellos no ganen.
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